23 de febrero de 2012

LOS HERMANOS de Terencio

LOS HERMANOS  de Terencio [Muy buena versión en Scribd.com aquí]

PERSONAS 
    
   
MICIÓN,   viejo, hermano de Demea, padre adoptivo de Equino.   
DEMEA,   viejo, hermano de Mición, padre de Esquino y de Tesifón   
SANNIÓN,   mercader de esclavos.   
ESQUINO,   joven, hijo de Demea, adoptado por su tío Mición.   
SIRO,   esclavo de Esquino.   
TESIFÓN,   joven, hijo de Demea, hermano de Esquino.   
SOSTRATA,   madre de Pánfila.   
CANTARA,   nodriza de Pánfila.   
GETA,   esclavo de Sostrata.   
HEGIÓN,   viejo, pariente de Pánfila.   
DROMÓN,   esclavo de Mición.   
PARMENÓN,   esclavo de Esquino.   
PÁNFILA,   hija de Sostrata.   

PERSONAS QUE NO HABLAN 
    
   
CALIDIA,   esclava robada por Esquino.   
ESTORAX,   esclavo de Mición. 

Prólogo 

Toda vez que el poeta ha visto que gentes malévolas andan royendo sus escritos, y que 
sus enemigos procuran desacreditar la comedia que vamos a representar, él se denunciará a sí 
mismo. Vosotros juzgaréis si lo que ha hecho es digno de aplauso o de censura. 
Hay una comedia de Difilo, llamada  Synapashnescontesramera. Plauto dejó sin traducir este lugar, que nuestro poeta tomó para  Los Hermanos, y tradujo palabra por palabra. 
Esta comedia nueva es la que vamos a representar. Vedla y juzgad si aquí hay hurto, o si 
el poeta ha utilizado una escena que se omitió por descuido. 
Cuanto a lo que esos maliciosos dicen, que ilustres personajes le ayudan y a la continua 
son sus colaboradores, eso que a ellos les parece una gran injuria, el poeta lo tiene a mucha 
honra, pues agrada a aquellos que a todos vosotros y al pueblo romano supieron agradar, y 
que, sin arrogancia, prestaron sus servicios a quienquiera que los hubo menester en la guerra, 
en la administración y en los negocios. Por lo demás, no aguardéis el argumento de la 
comedia. Parte de él declaran los viejos que van a aparecer en la primera escena: la acción 
mostrará lo demás. Procurad que vuestra benevolencia dé ánimos al autor para componer 
otras comedias. 

Seguir leyendo aquí.


22 de febrero de 2012

LA ASAMBLEA DE LAS MUJERES de Aristófanes

Enlace a la Versión en PDF de LibroDOT



PERSONAJES:
PRAXÁGORA.
UN HERALDO.
VARIAS MUJERES.
TRES VIEJAS.
CORO DE MUJERES.
UNA JOVEN.
BLEPIRO, marido de Praxágora.
UN JOVEN.
UN HOMBRE.
LA CRIADA DE PRAXÁGORA.
CREMES.


La escena representa una plaza, en Atenas, donde están la casa de Praxágoras y otras
dos casas. Praxágoras sale de la suya disfrazada de hombre con una lámpara en la
mano.


PRAXÁGORA.-(Parodiando ciertos prólogos trágicos.) ¡Oh lámpara preciosa de
reluciente ojo que tan bien iluminas los objetos visibles! Vamos a decir tu nacimiento y
tu oficio; labrada sobre el ágil torno del alfarero tus brillantes narices rebrillan como
soles. Lanza con tus llamas las señales convenidas...
Tú eres la única confidente de nuestros secretos, y lo eres con motivo, pues cuando en
nuestros dormitorios ensayamos las diferentes posturas del amor, tú sola nos asistes y
nadie te rechaza como testigo de sus voluptuosos movimientos. Tú sola, al abrasar su
vegetación feraz, iluminas nuestros recónditos encantos. Tú sola nos acompañas cuando 
furtivamente penetramos en las despensas llenas de báquicos néctares y sazonadas frutas; 
y, aunque cómplice de nuestros deleites, jamás se los revelas a la vecindad. Justo es, por 
tanto, que conozcas también los actuales proyectos aprobados por las mujeres, mis
amigas, en las fiestas de los esciros. Pero ninguna de las que deben acudir se presenta; ya 
empieza a clarear el día y de un momento a 'otro dará principio la Asamblea. Es necesario 
apoderarnos de nuestros puestos, que, como ya recordaréis, dijo el otro día Firómaco,
deben ser los otros, y una vez sentadas, mantenernos ocultas. ¿Qué les ocurrirá? ¿Quizá
no habrán podido ponerse los barbas postizas, como quedó acordado? ¿Les será difícil
apoderarse de los trajes de sus maridos?-¡Ah! Allí veo una luz que se aproxima. Voy a
retirarme un poco, no sea un hombre.
MUJER PRIMERA.-Ye es hora da ponerse an marcha; cuando salíamos de cese, al
heraldo he cantado por segunda vez.
PRAXÁGORA.-Y yo me he pasado toda le noche en vale esperándoos. Paro ... un
momento; voy e llamar e esta vecina arañando suavemente su puerta, porque as preciso
que su marido no nota nada.
MUJER SEGUNDA.-Ye ha oído, el ponerme los zapatos, el ruido da tus dedos, pues no 
estaba dormida; mí marido, querida, as un marinero da Salamina; me he estado atacando 
toda le noche bajo les sábanas; hasta ahora no he podido cogerle esta manto que vas.

21 de febrero de 2012

PARNASO

  La montaña, monte Parnaso tiene una altura de 2.457 metros de altura, allí predomina la piedra caliza. Su ubicación es al norte de Corinto, en el centro de Grecia.

  Parnaso era el nombre de un personaje de la mitología, hijo del dios Apolo y una ninfa. 
En el monte Parnaso vivían Apolo y las musas, era conocido el lugar como “la Patria simbólica de los poetas”.


  Los pueblos más cercanos son Delfos, y Aráchova.

  Del monte brotaban muchas fuentes de agua, la más famosa fue la Fuente Castalia en la parte meridional, donde se reunían las musas y las ninfas a bailar con la música de Apolo y su lira. La fuente está rodeada de laureles. 


  También se encuentra el lugar arqueológico del santuario prehelénico consagrado a Apolo en el Oráculo de Delfos donde la pitonisa daba sus  profecías.


LOS MITOS GRIEGOS de Robert Graves

Enlace al texto completo en formato PDF: GRAVES, R.: Los mitos griegos


PRÓLOGO
Desde que revisé Los mitos griegos en 1958 he vuelto a meditar
acerca del dios borracho Dioniso, de los centauros con su
reputación contradictoria de prudencia y mala conducta y también
sobre la naturaleza de la ambrosía y el néctar divinos. Estos temas
están estrechamente relacionados, porque los centauros adoraban
a Dioniso, cuyo salvaje banquete otoñal se llamaba «la
Ambrosía». Ahora ya no creo que cuando sus Ménades recorrían
airadas el campo despedazando a animales o niños (véase 27.f) y
se jactaban después de haber hecho el viaje de ida y vuelta a la
India (véase 27.c) se habían embriagado únicamente con vino o
con cerveza de hiedra (véase 27.3). Las pruebas, resumidas en mi
What Food the Centaurs Ate (Steps: Cassel and C° 1958, páginas
319-343), sugieren que los Sátiros (miembros de tribus cuyo
tótem era la cabra), los Centauros (miembros de tribus cuyo tótem
era el caballo) y sus Ménades utilizaban esas bebidas para
suavizar los tragos de una droga mucho más fuerte: a saber, un
hongo crudo, amanita muscaria, que produce alucinaciones,
desenfrenos insensatos, visión profética, energía erótica y una
notable fuerza muscular. Este éxtasis, que dura varias horas, da
paso a una inercia completa, fenómeno que explicaría la fábula
según la cual Licurgo, armado con sólo un aguijón, derrotó al
ejército de Ménades y Sátiros borrachos de Dioniso después de su
regreso victorioso de la India (véase 27.e).
En un espejo etrusco aparece grabado el amanita muscaria a los
pies de Ixión un héroe tesalio que comía ambrosía entre los dioses
(véase 63.b). Varios mitos (véase 102, 126, etc.) concuerdan con
mi teoría de que sus descendientes, los Centauros, comían ese
hongo, y, según algunos historiadores, lo emplearon más tarde los
nórdicos «frenéticos» para adquirir una fuerza temeraria en la
batalla. Ahora creo que la «ambrosía» y el «néctar» eran hongos
intoxicantes; sin duda el amanita muscaria, pero quizá también
otros, especialmente un hongo de estercolero pequeño y delgado
llamado panaeolus papilionaceus, que produce alucinaciones
innocuas y muy agradables. Un hongo bastante parecido a éste
aparece en un jarrón ático entre los cascos del Centauro Neso. Los«dioses» para quienes en los mitos se reservaban la ambrosía y el
néctar eran sin duda reinas y reyes sagrados de la era pre-clásica.
El delito del rey Tántalo (véase 108.c) consistió en que violó el
tabú al invitar a plebeyos a compartir su ambrosía.
Los reinados sagrados de mujeres y de hombres se extinguieron
en Grecia; la ambrosía se convirtió entonces, según parece, en el
elemento secreto de los Misterios eleusinos y órficos y de otros
asociados con Dioniso. En todo caso, los participantes juraban
guardar silencio acerca de lo que comían y bebían, tenían visiones
inolvidables y se les prometía la inmortalidad. La «ambrosía» que
se concedía a los vencedores en las carreras pedestres olímpicas,
cuando la victoria ya no les confería la dignidad de rey sagrado,
era claramente un sustituto: una mezcla de alimentos cuyas letras
iniciales según demostré en What Food the Centaurs Ate,
formaban la palabra griega que significa «hongo». Las recetas
citadas por los autores clásicos para el néctar y el cecyon, la
bebida con sabor a menta que tomó Deméter en Eleusis, también
formaban la palabra «hongo».
Yo mismo he comido el hongo alucinante llamado psilocybe,
una ambrosía divina utilizada por los indios masatecas de la
provincia de Oaxaca, en México; he oído a la sacerdotisa invocar
a Tlaloc, el dios de los hongos, y he visto visiones
transcendentales. Por este motivo convengo totalmente con R.
Gordón Wasson, el descubridor americano de este rito antiguo, en
que las ideas europeas acerca del cielo y el infierno pueden muy
bien haberse derivado de misterios análogos. Tlaloc fue
engendrado por el rayo; también lo fue Dioniso (véase 14.c); y en
el folklore griego, como en el masateca, también lo son todos los
hongos, llamados prover-bialmente «alimento de los dioses» en
ambos idiomas. Tlaloc llevaba una corona de serpientes, y
Dioniso también (véase 27.a). Tlaloc tenía un refugio bajo el
agua, y también lo tenía Dioniso (véase 27.c). La costumbre
salvaje de las Ménades de arrancar las cabezas de sus víctimas
(véase 27.f y 28.d) podría referirse alegóricamente al
desgarramiento de la cabeza del hongo sagrado, pues en México
jamás se come el tallo. Leemos que Perseo, un rey sagrado de
Argos, se convirtió al culto de Dioniso (véase 27.j) y dio a
Micenas ese nombre por un hongo que encontró en aquel lugar yque al arrancarlo descubrió una corriente de agua (véase 73.r). El
emblema de Tlaloc era un sapo igual que el de Argos; y de la
boca del sapo de Tlaloc en el fresco de Tempentitla brota una
corriente de agua. ¿Pero en qué época estuvieron en contacto las
culturas europea y de la América Central?
Estas teorías exigen una mayor investigación y por lo tanto no
he incluido mis hallazgos en el texto de la presente edición. La
ayuda de cualquier experto en la solución del problema sería muy
apreciada.
R. G.
Deyá, Mallorca, España 
1960