Versión de la biblioteca Augustana
Versión en The Latin Library
-con otros textos de Virgilio-
25 de octubre de 2011
ORESTÍADA de Esquilo
ARGUMENTO
Al partir Agamenón para Troya había prometido a Clitemnestra que le anunciaría por medio de hogueras la toma de la ciudad el mismo día que sucediese. Desde entonces Clitemnestra tenía puesto de atalaya a un siervo que debía estar en observación por si se veían las señales. El atalaya ve la hoguera, y corre a anunciarlo a su señora. La cual, con aquella nueva, viene a los ancianos que componen el coro de esta tragedia y les comunica el feliz suceso. Poco después llega Taltibio, quien refiere todo lo acaecido en la expedición. Por último, aparece Agamenón en su carro de guerra, seguido de Casandra, que viene en otro carro, con todo el botín y los despojos tomados al enemigo. El Rey se retira a su palacio acompañado de Clitemnestra, y en tanto Casandra predice los crímenes que han de ensangrentar aquella regia morada: su muerte, la de Agamenón y el parricidio de Orestes. Acometida como de furor profético, arroja sus ínfulas de sacerdotisa y corre al lugar donde sabe que va a morir. Y aquí entra la parte de la acción más digna de admirarse, y más apta para causar en los espectadores terror y compasión. Esquilo hace verdaderamente que Agamenón sea muerto en escena. La muerte de Casandra se consuma en silencio; pero después el poeta hace que aparezca a la vista el cadáver de la infortunada.
Y en conclusión, presenta a Clitemnestra y a Egisto haciendo alarde de haber tomado los dos venganza en una misma y única cabeza: ella, de la muerte de Ifigenia; él, de los males que causó Atreo a su padre Tiestes.
La tragedia fue representada el año segundo de la Olimpiada ochenta, bajo el arcontado de Philocles. Obtuvo el premio Esquilo con Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides, y con el Proteo, drama satírico. Tuvo el oficio de corega en esta representación Xonocles Aphidneo.
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Al partir Agamenón para Troya había prometido a Clitemnestra que le anunciaría por medio de hogueras la toma de la ciudad el mismo día que sucediese. Desde entonces Clitemnestra tenía puesto de atalaya a un siervo que debía estar en observación por si se veían las señales. El atalaya ve la hoguera, y corre a anunciarlo a su señora. La cual, con aquella nueva, viene a los ancianos que componen el coro de esta tragedia y les comunica el feliz suceso. Poco después llega Taltibio, quien refiere todo lo acaecido en la expedición. Por último, aparece Agamenón en su carro de guerra, seguido de Casandra, que viene en otro carro, con todo el botín y los despojos tomados al enemigo. El Rey se retira a su palacio acompañado de Clitemnestra, y en tanto Casandra predice los crímenes que han de ensangrentar aquella regia morada: su muerte, la de Agamenón y el parricidio de Orestes. Acometida como de furor profético, arroja sus ínfulas de sacerdotisa y corre al lugar donde sabe que va a morir. Y aquí entra la parte de la acción más digna de admirarse, y más apta para causar en los espectadores terror y compasión. Esquilo hace verdaderamente que Agamenón sea muerto en escena. La muerte de Casandra se consuma en silencio; pero después el poeta hace que aparezca a la vista el cadáver de la infortunada.
Y en conclusión, presenta a Clitemnestra y a Egisto haciendo alarde de haber tomado los dos venganza en una misma y única cabeza: ella, de la muerte de Ifigenia; él, de los males que causó Atreo a su padre Tiestes.
La tragedia fue representada el año segundo de la Olimpiada ochenta, bajo el arcontado de Philocles. Obtuvo el premio Esquilo con Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides, y con el Proteo, drama satírico. Tuvo el oficio de corega en esta representación Xonocles Aphidneo.
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22 de octubre de 2011
EDIPO REY - Sófocles
PERSONAJES
EDIPO.
SACERDOTE.
CREONTE.
CORO DE ANCIANOS TEBANOS.
TIRESIAS.
YOCASTA.
MENSAJERO.
SERVIDOR DE LAYO.
OTRO MENSAJERO.
(Delante del palacio de Edipo, en Tebas. Un grupo de ancianos y de jóvenes están sentados en las gradas del altar, en actitud suplicante, portando ramas de olivo. El Sacerdote de Zeus se adelanta solo hacia el palacio. Edipo sale seguido de dos ayudantes y contempla al grupo en silencio. Después les dirige la palabra.)
EDIPO.- ¡Oh hijos, descendencia nueva del antiguo Cadmo ¿Por qué estáis en actitud sedente ante mí, coronados con ramos de suplicantes? La ciudad está llena de incienso, a la vez que de cantos, de súplica y de gemidos, y yo, porque considero justo no enterarme por otros mensajeros, he venido en persona, yo, el llamado Edipo, famoso entre todos. Así que, oh anciano, ya que eres por tu condición a quien corresponde hablar, dime en nombre de todos: ¿cuál es la causa de que estéis así ante mí? ¿El temor, o el ruego? Piensa que yo querría ayudaros en todo. Sería insensible, si no me compadeciera ante semejante actitud.
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EDIPO.
SACERDOTE.
CREONTE.
CORO DE ANCIANOS TEBANOS.
TIRESIAS.
YOCASTA.
MENSAJERO.
SERVIDOR DE LAYO.
OTRO MENSAJERO.
(Delante del palacio de Edipo, en Tebas. Un grupo de ancianos y de jóvenes están sentados en las gradas del altar, en actitud suplicante, portando ramas de olivo. El Sacerdote de Zeus se adelanta solo hacia el palacio. Edipo sale seguido de dos ayudantes y contempla al grupo en silencio. Después les dirige la palabra.)
EDIPO.- ¡Oh hijos, descendencia nueva del antiguo Cadmo ¿Por qué estáis en actitud sedente ante mí, coronados con ramos de suplicantes? La ciudad está llena de incienso, a la vez que de cantos, de súplica y de gemidos, y yo, porque considero justo no enterarme por otros mensajeros, he venido en persona, yo, el llamado Edipo, famoso entre todos. Así que, oh anciano, ya que eres por tu condición a quien corresponde hablar, dime en nombre de todos: ¿cuál es la causa de que estéis así ante mí? ¿El temor, o el ruego? Piensa que yo querría ayudaros en todo. Sería insensible, si no me compadeciera ante semejante actitud.
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9 de octubre de 2011
La Ilíada y la Odisea
Las Obras Completas de Homero traducidas por Luis Segalá y Estalella.
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La Eneida
LIBRO PRIMERO
Yo, aquel que en otro tiempo modulé cantares al son de la leve avena, y dejando luego las selvas, obligué a los vecinos campos a que obedeciesen al labrador, aunque avariento, obra grata a los agricultores, ahora canto las terribles armas de Marte y el varón que, huyendo de las riberas de Troya por el rigor de los hados, pisó el primero la Italia y las costas Lavinias. Largo tiempo anduvo errante por tierra y por mar, arrastrado a impulso de los dioses, por el furor de la rencorosa Juno. Mucho padeció en la guerra antes de que lograse edificar la gran ciudad y llevar a sus dioses al Lacio, de donde vienen el linaje latino y los senadores Albanos, y las murallas de la soberbia Roma.
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Yo, aquel que en otro tiempo modulé cantares al son de la leve avena, y dejando luego las selvas, obligué a los vecinos campos a que obedeciesen al labrador, aunque avariento, obra grata a los agricultores, ahora canto las terribles armas de Marte y el varón que, huyendo de las riberas de Troya por el rigor de los hados, pisó el primero la Italia y las costas Lavinias. Largo tiempo anduvo errante por tierra y por mar, arrastrado a impulso de los dioses, por el furor de la rencorosa Juno. Mucho padeció en la guerra antes de que lograse edificar la gran ciudad y llevar a sus dioses al Lacio, de donde vienen el linaje latino y los senadores Albanos, y las murallas de la soberbia Roma.
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POÉTICA de Aristóteles
Traducción y versión de Valentín García Yebra
(Madrid, Gredos, 1974)
1. Objeto de la poética
Hablemos de la poética en sí y de sus especies, de la potencia propia de cada una, y de cómo es preciso construir las fábulas si se quiere que la composición poética resulte bien, y asimismo del número y naturaleza de sus partes, e igualmente de las demás cosas pertenecientes a la misma investigación, comenzando primero, como es natural, por las primeras.
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Traducción y versión de José Goya y Muniain
(Buenos Aires, 1948)
1. Trataremos de la Poética y de sus especies, según es cada una; y del modo de ordenar las fábulas, para que la poesía salga perfecta; y asimismo del número y calidad de sus partes, como también de las demás cosas concernientes a este arte; empezando por el orden natural, primero de las primeras.
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Edición electrónica de la Escuela de Filosofía Universidad ARCIS
CAPÍTULO I
Como nuestro tema es la poética nos proponemos hablar no sólo de la poética misma sino también de sus especies y sus respectivas características, de la trama requerida para componer un bello poema, del número y la naturaleza de las partes constitutivas de un poema y también de los restantes aspectos que. atañen a la misma investigación. Hemos de seguir, pues el orden natural y comenzar con los primeros hechos.
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(Madrid, Gredos, 1974)
1. Objeto de la poética
Hablemos de la poética en sí y de sus especies, de la potencia propia de cada una, y de cómo es preciso construir las fábulas si se quiere que la composición poética resulte bien, y asimismo del número y naturaleza de sus partes, e igualmente de las demás cosas pertenecientes a la misma investigación, comenzando primero, como es natural, por las primeras.
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Traducción y versión de José Goya y Muniain
(Buenos Aires, 1948)
1. Trataremos de la Poética y de sus especies, según es cada una; y del modo de ordenar las fábulas, para que la poesía salga perfecta; y asimismo del número y calidad de sus partes, como también de las demás cosas concernientes a este arte; empezando por el orden natural, primero de las primeras.
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Edición electrónica de la Escuela de Filosofía Universidad ARCIS
CAPÍTULO I
Como nuestro tema es la poética nos proponemos hablar no sólo de la poética misma sino también de sus especies y sus respectivas características, de la trama requerida para componer un bello poema, del número y la naturaleza de las partes constitutivas de un poema y también de los restantes aspectos que. atañen a la misma investigación. Hemos de seguir, pues el orden natural y comenzar con los primeros hechos.
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Locus amoenus
Casa de Diomedes en Pompeya
Domus suburbana excavada entre 1771 y 1774. Se cree que pertenecía a M. Arrius Diomedes. Una de las villas suburbanas más lujosas. ata del siglo II a.e.c., pero en el 80 a.e.c., se redujeron sus dimensiones debido a la fundación de la colonia. Junto a la puerta trasera se hallaron dos cuerpos abrazados. Uno de ellos llevaba un anillo de oro en un dedo y una llave de plata en la mano, junto a 1356 sestercios. Otros dieciocho cuerpos fueron encontrados en el subterráneo. Desde la entrada se accede directamente al peristilo con 14 columnas; a la izquierda se halla el complejo termal. También se ha hallado un solarium y un jardín cuadrado el más grande de Pompeya con piscina, fuente, triclinio de verano y cuatripórtico.
Domus suburbana excavada entre 1771 y 1774. Se cree que pertenecía a M. Arrius Diomedes. Una de las villas suburbanas más lujosas. ata del siglo II a.e.c., pero en el 80 a.e.c., se redujeron sus dimensiones debido a la fundación de la colonia. Junto a la puerta trasera se hallaron dos cuerpos abrazados. Uno de ellos llevaba un anillo de oro en un dedo y una llave de plata en la mano, junto a 1356 sestercios. Otros dieciocho cuerpos fueron encontrados en el subterráneo. Desde la entrada se accede directamente al peristilo con 14 columnas; a la izquierda se halla el complejo termal. También se ha hallado un solarium y un jardín cuadrado el más grande de Pompeya con piscina, fuente, triclinio de verano y cuatripórtico.
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